La huerta familiar es un espacio que he re descubierto para disfrutar del tiempo libre. De niño solía participar con mi abuelo de la quinta, y tengo lindos recuerdos de eso. Hoy día, he generado ese mismo espacio, en el patio de mi casa, para trabajar con mis hijos más pequeños, María Joaquina de 4 y Juan Diego de 10. Desde diciembre de 2012, que recibimos un terreno con piedras, malezas, escombros, huesos y palos, hemos transformado ese espacio en un oasis para el diálogo y el trabajo al aire libre.
Hoy queremos compartir esta experiencia y algunos secretos que entre libros y práctica, venimos descubriendo y aprendiendo con mis hijos.
La huerta orgánica es un excelente espacio para cultivar no solo hortalizas, sino vínculos entre los seres humanos. Es una buena escusa para relacionarse entre las diferentes generaciones dentro de la familia, y fuera de ella con vecinos, amigos, parientes y la propia naturaleza. En el cultivo artesanal de la tierra, y siendo testigos de las interacciones entre los vegetales nobles que se suceden en el tiempo, el hombre re descubre la naturaleza, toma noción del paso del tiempo y se reconcilia consigo mismo y su entorno.
En efecto, los objetivos específicos de las huertas orgánicas familiares son los siguientes:
1) Construir vínculos fraternos y de amistad entre los ciudadanos que habitan un mismo barrio, territorio, ayudando a la construcción de una sociedad más sana y solidaria.
2) Reconstruir los vínculos y el respeto por la naturaleza, en especial con la tierra, buscando un relacionamiento sustentable, amigable y duradero.
3) Revalorizar el trabajo manual, familiar, colectivo, revalorizando como instrumento válido para transformar el mundo, que dignifique y realice al ser humano.
4) Generar alimentos orgánicos naturales, sin contaminantes que generen hábitos alimenticios saludables y mejor calidad de vida.
5) Promover los espacios de diálogo a la interna de las familias, con el trabajo como hilo conductor en la construcción de vínculos. Que nuestros hijos entiendan que después del esfuerzo realizado con esmero, perseverancia, y cariño, vienen los frutos.
Nuestra huerta orgánica contempla:
A) La asociación de cultivos en el tiempo y el espacio, buscando complementariedad biológica.
B) La inclusión a las hortalizas, de florales y aromáticas, que promuevan interacciones favorables con insectos, etc.
C) La existencia de “malezas” que oficien de refugio de insectos benéficos y cobertura vegetal de la tierra.
Se estima que 70 mt 2 de terreno permiten generar las hortalizas necesarias para alimentar una familia de 5 personas. En nuestro caso planteamos 140 mt de canteros distribuidos en 8 tablones. Los canteros se hicieron alineados de sur – norte, para maximizar el aprovechamiento del sol. Tienen un ancho de 1,25 mt y un largo de 14 mt. Los hicimos lo más largo posibles, permitiendo el pasaje entre canteros para tránsito con carretilla.
Los cultivos se pueden agrupar de acuerdo a las familias botánicas y no recomendamos plantar en forma continua los de un mismo grupo ya que sufren las mismas enfermedades. Es importante rotar para cortar el ciclo de las enfermedades y disminuir su ataque.
Luego de cualquiera de estos cultivos, elegimos otro de un grupo lo más alejado posible para sembrar en el mismo lugar.
Los grupos afines son:
· Tomate, papa, morrón y berenjena Solanáceas
· Repollo, coliflor, brócoli, repollito de Bruselas Lechuga Crucíferas Compuestas
· Zapallo, zapallito, calabaza, melón, pepino y sandía Cucurbitáceas
· Poroto, arveja, haba, chícharos y maní Leguminosas
· Zanahoria, perejil, apio Remolacha y acelga Boniato Umbelíferas Convolvuláceas
· Cebolla, ajo, y puerro Aliáceas
· Maíz Gramíneas
Nuestros comienzos han sido auspiciosos, y ya hemos cosechado los primeros tomates y zapallos. El maíz dulce, aunque sembrado tarde, viene muy encaminado, las lechugas están pequeñas y las zanahorias prometen mucho. Joaquina es una gran cosechadora de tomates cherry, y Juandi relojea las zanahorias todos los días. Durante la semana le dedicamos media hora diaria, y es un tiempo en el que ellos no están mirando televisión y yo los tengo cerca conversando juntos.
Un detalle importante, es que en casa clasificamos la basura, tirando solo lo no degradable. La materia orgánica pasa a tarrinas donde las consumen lombrices californianas, que en pocos meses, la transforman en una excelente tierra para los almácigos. Tal es asi, que los tomates y zapallos, han nacido en esas tarrinas, semilla originaria de la propios residuos orgánicos depositados. Comenzamos con un puñado de lombrices y hoy tenemos para regalar. También el agua utilizada para riego, es de lluvia, recolectada de los techos, donde además de bajar los costos de OSE, también aprovechamos el agua de escurrimiento que se perdería.
Los invitamos y ayudamos a recorrer este camino, en sus propias casas.
Buena suerte y si quieren más información, no duden en enviarme un email a rosendo@adinet.com.uy , y con gusto responderemos sus consultas junto a mis pequeños.
Es posible armar una red de huertas familiares en Melo, donde intercambiemos semillas, mudas de almácigos, información y por que no productos.
La calidad de tu tiempo libre, contribuye a tu salud mental, y a fortalecer los vínculos entre los integrantes de tu Familia. Las oportunidades de diálogo, las vivencias, son elementos claves para vivir una vida con proyecto, en armonía y felicidad. No esperemos una Sociedad mejor, si no empezamos por casa. Solo estando bien con uno mismo, podemos aspirar a ayudar a los demás.
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