EN CERRO LARGO TAMBIEN, TODOS HACIA ADELANTE

En la diferencia o en el acuerdo, encontremos un espacio para pensarnos y hacernos, que nos permita re descubrir el sentido nacional, lo que nos une. Revisando continuamente el legado de nuestros antepasados más luminosos, podremos encontrar los cimientos, las bases de un proyecto colectivo construido en colectivo.
Envíanos tus comentarios a email: rosendo@adinet.com.uy

"Ciudadanos: la energía es el recurso de las almas grandes. Ella nos ha hecho hijos de la victoria, y plantado para siempre el laurel en nuestro suelo" José G. Artigas, abril 1813.

Pienso... y... si puedo decir lo que pienso... recién ahí "luego existo" (adaptado de Descartes).

sábado, 4 de octubre de 2014

El olmo no nos dará peras - Carta Abierta

Los recientes hechos registrados en una “fiesta privada” de jóvenes, nos debe llevar a la reflexionar de los adultos, solidarios con el dolor de las Familias afectadas pero duro con las ideas para que NUNCA MAS PASE ALGO ASI.

El ser humano en su proceso evolutivo o en su peregrinar por la vida, generación tras generación muestra contradicciones, sus luces y sombras se proyectan en un mundo que por momentos, no sabe hacia donde va, ni de donde viene.

Sin pretender ni por asomo poseer la paternidad de la moral, quizás la mejor actitud que deberíamos tener en estos tiempos es el de la AUTOCRÍTICA, la AUTOCRÍTICA de los adultos.

De la boca para afuera pretendemos tener un mundo en paz, pero no lo cultivamos, basta leer los comentarios en las redes, las actitudes de intolerancia que a diario mostramos en los espacios públicos, o la sensiblería y tibieza en la que estamos inmersos donde en un ejercicio estéril y mediático, pretendemos lavar y adormecer nuestras conciencias y responsabilidades.

Pretendemos que nuestros hijos sean amigables y pacíficos, y al mismo tiempo no tenemos ni idea dónde están, ni lo que ven en televisión, ni a los juegos que practican en las redes y en los videos.

Pretendemos que reconozcan los límites, pero cuando nos los exigen somos blandos, y cuando se los impone la ley o la maestra o el profesor no tenemos mejor idea que defenderlo en una postura cobarde de “pobre hijito”.

Pretendemos que sean hombres y mujeres solidarios, pero no ven en nosotros ni un solo gesto de solidaridad, ni de entrega al prójimo, ni nos ven trabajar en organizaciones, ni en comisiones, ni en jornadas de voluntariado. El sistema nos empuja a trabajar más, para cada vez TENER más y SER menos.

Pretendemos que no sean adictos, pero nos ven cómo nosotros consumimos los vicios que pretendemos que no adquieran.

Pretendemos explicar todo desde las carencias del sistema, la ineficiencia de nuestros políticos, siempre la responsabilidad está fuera de nosotros, siempre nos ingeniamos para encontrar a alguien que explique nuestros problemas. Falló el INAU, falló la policía, falló la organización, pero los que en realidad fallamos primero antes somos nosotros con nuestra INDIFERENCIA y con nuestros LAMENTOS vacíos de acciones después.

Pretendemos que nuestros hijos abandonen la niñez y maduren, y los adultos estamos más infantilizados que nunca. Pretendemos que sean felices y nos ven todo el día correr atrás de lo que no nos da felicidad. Pretendemos que sean capaces de amar y establecer vínculos maduros entre sus pares, y nos ven deambular con una inmadurez afectiva crónica por el mundo.

Pretendemos que perseveren y que estudien y que sean buenas personas y al mismo tiempo no damos el ejemplo en ninguno de los aspectos que le exigimos.

Pretendemos que sean respetuosos, pero el sistema no es recíproco con ellos, el docente que no prepara su clase, ni asiste; el padre que no acompaña a la madre y el hijo, la madre que solo trabaja y no respalda al padre, el funcionario corrupto, el líder que no predica con el ejemplo, etc… son todas las señales contradictorias que le damos a nuestros hijos, futuros adultos ciudadanos de nuestra Comunidad y reproductores de un modelo que nos llevará a la ruina.

Financiamos con dineros públicos un montón de espectáculos frívolos, pero cuando se procura traer una psicóloga, sociólogo o experto en explicarnos lo que nos pasa, y darnos herramientas para actuar, no somos capaces ni de asistir.

Nos sorprendemos y nos pretendemos acercar a los adolecentes, para “aplicarles la masa”, sin haberlo acompañado en la etapa de preescolar y escolar. Pretendemos generar vínculos de adultos, cuando desperdiciamos oportunidades hermosas en etapas tempranas donde los vínculos de confianza se construyen naturalmente y que luego no podemos comprar.

Sin duda que “el olmo no dará peras”, ni tampoco nadie plantará el olmo por nosotros. Empecemos a hacer los deberes que no debimos suspender nunca, escuchemos más a nuestros abuelos, y encontremos los valores clásicos y la tranquilidad de espíritu que da el deber cumplido, ATENDIENDO NUESTROS HIJOS.

No hay nada más importante en la VIDA que la VIDA misma, el respeto a la diferencia, encarando el desafío diario de encontrar aquello que nos une.

Siento dolor por lo ocurrido, asumo mi responsabilidad en el colectivo, e invito a una reflexión sincera con nosotros mismos, para aprender, entender y proyectar la VIDA que nos regalaron nuestros antepasados, con la dignidad y la grandeza de quienes NOS SABEMOS DE PASO POR ELLA.

Rosendo Garcia Rebollo