EN CERRO LARGO TAMBIEN, TODOS HACIA ADELANTE

En la diferencia o en el acuerdo, encontremos un espacio para pensarnos y hacernos, que nos permita re descubrir el sentido nacional, lo que nos une. Revisando continuamente el legado de nuestros antepasados más luminosos, podremos encontrar los cimientos, las bases de un proyecto colectivo construido en colectivo.
Envíanos tus comentarios a email: rosendo@adinet.com.uy

"Ciudadanos: la energía es el recurso de las almas grandes. Ella nos ha hecho hijos de la victoria, y plantado para siempre el laurel en nuestro suelo" José G. Artigas, abril 1813.

Pienso... y... si puedo decir lo que pienso... recién ahí "luego existo" (adaptado de Descartes).

jueves, 16 de mayo de 2013

PASCASIO BAEZ : EL GRAN AUSENTE EN EL DÍA DEL TRABAJADOR RURAL


El pasado 30 de abril, el presidente de la República se trasladó a Caraguatá, para celebrar y homenajear a los "trabajadores rurales" en su día.

Motivados por el mensaje que llegó a mi celular, desde la Empresa de todos los Uruguayos, donde se recuerdan los deberes y derechos para seguir dividiendo, me sentí motivado a investigar, en especial la historia que no me han contado.

A revisar la historia voy solo obligado por las circunstancias, y solo cuando ésta me sirve para aprender algo, ya que  es un área que no me gusta, y en la que se suele perder mucho tiempo.     Desde mi perspectiva generacional, siento que tengo más futuro que pasado y por lo tanto es natural que uno no ponga tanto foco en esos aspectos, máxime cuando se trata de analizar una guerra tan fría como absurda.

Al parecer, en esa fiesta campera y entre asados, vinos y muchas palabras, hubo un gran ausente, el peón rural Pascasio Baez, asesinado en diciembre de 1971.

Pascasio, tenía 46 años, era casado con hijos, y siempre había residido en el campo, preferentemente por la zona de Pan de Azúcar. Votaba a los Blancos, pero jamás había militado en política. Se ganaba la vida con changas, al igual que muchos. A mediados de octubre del mes de octubre del 71, había salido a buscar el caballo perdido o escapado de un vecino.   En ese entonces, yo solo tenía 2 años de edad, pero cuando tuve uso de razón, mi abuelo, mi padre, mis tíos,  me contaron que existía democracia; había parlamento y también había Tupamaros.

En su búsqueda, Báez llegó hasta la cabaña "Espartaco", localizada en la Ruta 9, a unos diez kilómetros de Pan de Azúcar y se topó con un hombre que salía de una tatucera. Aquella era la "Caraguatá", quizás, la más importante del MLN en la búsqueda de extender su radio de operaciones hacia el interior del país.   En ese recinto existían armas robadas, era centro de adiestramiento y escondite.

Pascasio Báez fue detenido, y su destino final comenzó a jugarse. Esas instalaciones valían mucho para los guerrilleros Tupas, y las alternativas que se manejaron fueron tres: detenerlo indefinidamente, llevarlo al exterior Chile pasando por Argentina, o ejecutarlo.

La triste decisión fue darle muerte, luego de dos meses de cautiverio. Tal es así que el 21 de diciembre del 71, la dirección del MLN estaba integrada por Mauricio Rosencof, Henry Engler, Wasem Alaniz, Donato Marrero y Píriz Budes. El ejecutor, Ismael Bassini, fue quien le dio la inyección letal de pentotal a Báez Mena, aunque según Zabalza, fue Tino Píriz Budes el que dio la orden.

Dejarlo suelto los hubiera forzado a abandonar la tatucera y perder su costo; abandonar todo lo hecho allí. Se arriesgaban la suerte y el destino de muchos "compañeros".

Así encontró la muerte Pascasio Báez. Asesinado -con premeditación y alevosía- por el grave delito de toparse con un señor que salía de una tatucera en medio del campo.

Aquel hecho, que le quitó la vida a un hombre sencillo, humilde, padre de familia y honesto, hizo que sus asesinos, hasta entonces autodenominados guerrilleros, cambiaran su calificativo, al menos para mí, al de vulgares terroristas.   

El sueño que le quitaron a Baes, se lo quitaron a toda la Sociedad, nos quitaron la democracia por más de una década,  sus utopías, hipotecaron las nuestras y nunca he escuchado la palabra perdón o autocrítica, la que como Sociedad en los referéndum hemos otorgado a quienes se embarcaron en una guerra ajena, absurda y que nuestra generación, sigue pagando los platos rotos.

Cuando el Presidente hablaba de que los peones se esconden en los montes por las palizas que les dan sus patrones, no solo ofende al empleador patrón, sino que ofende y mucho al peón rural, compañeros ambos de jornadas laborales diarias.  Es otro intento por destruir un vínculo fraterno que existe y existió desde los tiempos en que se fundó la Patria.  

La Familia Rural convive en una misma querencia, comparte las mismas limitaciones de la naturaleza, la infraestructura, los caminos, la falta de electrificación, pero por sobre todo, son personas alegres que valoran sus costumbres, sus anécdotas, sus vivencias y sus vínculos fraternos.

Para la gente de campo, la ley claro que no es un paye, es mucho más que versos ordenados y espontáneos que demuestran la inteligencia de los cantores de la Patria. 

La Ley para nosotros, es la causa misma de nuestra existencia, y la valoramos mucho ya que nuestros antepasados regaron las cuchillas con la sangre para defenderla, en cada instancia que han pretendido avasallarla.       La Ley se gesta y legitima en los sistemas democráticos, con legisladores serios que piensan en los intereses de todos.  La Ley se acata si nos favorece, pero también si nos perjudica, por que la inspira el bien común, y si no la creemos justa, abrimos espacios de democracia directa como son los referéndums.

Lo que me enseñaron en la Escuela Pública, es que la patria se hizo a caballo, gauchos, indios, peones de estancia y dueños de estancia, se jugaban el pellejo, sus capitales, en la defensa de la libertad, la democracia y la justicia.  Esa reserva moral, sigue estando en la campaña, ahora quizás menguada por la profusa extranjerización de la tierra.

Por lo expuesto, sugiero que así como Antel, la empresa de los Uruguayos, nos recuerda los deberes de los patrones y los derechos de los empleados a quienes aportamos, se le mande a los políticos que nos gobiernan, los mismos mensajitos sobre la importancia de administrar bien nuestros recursos, para que sirvan a la Sociedad  con honestidad y por sobre todo para que respeten la diversidad cultural e ideológica de nuestro democrático Uruguay.


Fuente:
Jorge Azar - Gómez.
Testimonios públicos de J. Zabalza.




No hay comentarios:

Publicar un comentario