EN CERRO LARGO TAMBIEN, TODOS HACIA ADELANTE

En la diferencia o en el acuerdo, encontremos un espacio para pensarnos y hacernos, que nos permita re descubrir el sentido nacional, lo que nos une. Revisando continuamente el legado de nuestros antepasados más luminosos, podremos encontrar los cimientos, las bases de un proyecto colectivo construido en colectivo.
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"Ciudadanos: la energía es el recurso de las almas grandes. Ella nos ha hecho hijos de la victoria, y plantado para siempre el laurel en nuestro suelo" José G. Artigas, abril 1813.

Pienso... y... si puedo decir lo que pienso... recién ahí "luego existo" (adaptado de Descartes).

martes, 6 de noviembre de 2012

Política con Mayúscula, Gobernar para la Libertad



La política es una de las actividades más antiguas de la humanidad. Desde que el hombre comenzó a vivir sedentariamente y dejó de ser nómade, la convivencia de grupos humanos compartiendo un territorio generó la necesidad de desarrollar estrategias de convivencia y resolución de conflictos. La historia habla de una revolución neolítica al respecto. Posteriormente, pero ya 500 años antes de Cristo, Aristóteles hablaba del ser humano como un ser político y los griegos definían la política como lo relativo al ordenamiento de las ciudades.

Hay quienes conciben a la actividad política como el ejercicio del poder, focalizando el poder como un fin, y otra concepción de la actividad política más focalizada en lo ético, concibiendo el poder como un medio. A diario vemos conciudadanos que aspiran al poder, sin saber bien que hacer con él, y una vez que lo adquieren comienzan a improvisar o lo que es peor a actuar en función de aquello que les permita perpetuarse en él. Una vez que lo obtienen se olvidan mágicamente de los que se lo dieron y se embriagan en él, disfrutando de un ejercicio estéril de supremacía, que resuelva, en muchos casos, problemas personales de autoestima e intolerancia.

En lo personal, estoy convencido que el poder es un medio y lo que es un fin es el bienestar de la gente que te otorgó ese “poder” en calidad de préstamo, en especial de aquellos sectores más sumergidos en su nivel cultural, social y económico (en ese orden). Pero el bienestar de la gente, se logra haciendo al hombre más libre en el sentido pleno de la palabra. Muchas de las políticas sociales no son inversión para la libertad, es gasto para la “esclavitud”, para que reproduzcan dependencia, haciéndolos cautivos del poder que “les da”.

Gobernar para la libertad, es hacer que la gente reciba una educación libre, crítica, plural y de calidad, independiente de la ideología de turno que esté en el poder. Gobernar para la libertad, es contar la historia que nos favorece y la que nos perjudica… y lo más importante aprender de ella con autocrítica. Gobernar para la libertad, es atender las minorías, incluso “las conservadoras”, la clase media, al que trabaja, al que tiene más de 2 hijos… y menos de 5, al que reproduce una matriz social rica, diversa, de buenos ciudadanos, al que piensa diferente a nosotros. Es hacer y exigir que cada quién se haga cargo de los roles que asumió y predicar con el ejemplo, por sobre todo predicar con el ejemplo...

Para ser coherente no basta con vivir en una chacra de forma austera, por que si reproducimos ese modelo de “coherencia” austera, nuestra economía y demografía colapsaría en pocos meses. Ser coherente es asumir que atentar contra un sistema democrático con armas está mal, que hacer participar a una sociedad entera de una guerra fría ajena no era necesario, que la calidad de la democracia se construye a diario y que parte del bienestar de la gente tiene un componente económico que el País lo ha logrado aplicando una economía “ortodoxa” de corte liberal y capitalista. Ser coherente es asumir que es tan importante decir que en Cuba no hay democracia, como que las “burbujas financieras del mundo rico” no son camino a seguir. Ser coherente es atacar los problemas por sus causas y no por sus consecuencias.
Gobernar para la libertad, es escuchar permanentemente a los conciudadanos, pero no para “hacer que los escucho” y legitimar cualquier barbaridad desde las mayorías parlamentarias. Artigas nos dejó un legado en su frase “mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”. Recordemos los temas que quedaron laudados por voto directo en varias elecciones y que un parlamento circunstancial cambió la voluntad de la gente. Los romanos les recordaban a sus monarcas “recuerda que debes morir” intentando darles la cuota de humildad indispensable para que no se “marearan con los aplausos”.

Las contradicciones son humanas… pero tienen un límite y cuando se colectivizan y se pretenden maquillar para disimular unidades irresponsables, nosotros los ciudadanos comunes nos damos cuenta. Si bien la educación ha caído muy bajo, y la hemos soportado muchas generaciones, no deben subestimar la inteligencia y el sentido común de la gente, por que todavía nos queda dignidad y cierto grado de libertad para definir nuestro destino y el perfil de los gobernantes que queremos. No es solamente dignidad arriba y regocijo abajo, es dignidad y regocijo en ambos lados, y en las democracias dirigidas por gente honesta, lo de arriba y abajo es relativo…

El País de las etiquetas… veamos que hay adentro del paquete?
Existen profusos estudios donde se clasifican las ideologías políticas. Nos parece pertinente compartir algunos conceptos, ya que parecería que con el rótulo de “progresistas” y “conservadores” se ejercita a diario una cómoda, falaz y haragana (intelectualmente hablando) forma de simplificar la realidad.

Tanto el socialismo como el liberalismo, son corrientes políticas de corte progresista, ya que consideran que la humanidad es perfectible. Sus diferencias se concentran en la etapa de la evolución económica en la que nos encontramos hoy. Mientras la izquierda considera que el sistema es injusto, la derecha entiende que después del movimiento ilustrado y la revolución francesa, hay poco para evolucionar.


Fuente: A Ariel Luetich. 2002



En lo personal me siento identificado con el concepto de que la humanidad se redescubre y se re proyecta generación tras generación, y creo en el papel de los jóvenes como motores del cambio, desde siempre.

Creo humildemente que hay un espacio para incorporar nuevas variables por las que se mide y evalúa el progreso de una sociedad, y dónde, los “nuevos políticos” deberíamos poner foco para promover otros niveles de progresismo, pragmatismo y equilibrio. Considero que una visión cristiana y humanista, debe de nutrir ese enfoque, volviendo a las raíces conceptuales y constitutivas de una sociedad sana, de pacífica convivencia (externa e interna) y evolutiva.



Fuente: Adaptado de Jmos 2008

Quitar foco a los clásicos abordajes economicistas donde el insaciable consumo es el afrodisíaco de nuestro tiempo, que agota los recursos, contamina nuestro ambiente y por sobre todo, complejiza y distrae la principal “fábrica” de bienestar que es la Familia. El líder de la Iglesia Católica nos dice que es la Familia la primera escuela donde se aprende a Amar de verdad, no será tiempo de reflexionar sobre esto, dejando por un momento los prejuicios. Parecería que revisar la historia de la humanidad e inspirarse en el pasado, es cosa de conservadores, y con “ese cuento” hemos hecho un culto al cambio sin proyecto. ¿Cambio es sinónimo de progreso siempre? ¿No será más importante pensar en la dirección que en el movimiento?

Mal puede evolucionar algo si se vive una vida sin Proyecto, mal podremos construir proyectos en colectivo, si no tenemos un proyecto individual. La sociedad y los gobernantes, hacen correr a la gente en círculos concéntricos atrás de macro indicadores abstractos, la mayoría económicos y en ese giro expulsan al HOMBRE por fuerza centrífuga hacia fuera del sistema, haciéndolo cada vez menos Feliz, ahogado en sus propias contradicciones.

No será tiempo de monitorear indicadores de bienestar más vinculados al SER, que al TENER. No será tiempo de mirarnos al espejo y al prójimo para saber si mi Felicidad coincide con la de los demás? No será tiempo para cambios de paradigma y comenzar a gobernar para la Libertad, gobernar para promover la Generosidad, para el fortalecimiento de la Familia y de las organizaciones que la promuevan.

No será tiempo de cambiar el concepto del Trabajo como fuente permanente de conflicto basado en un enfoque materialista, por una nueva perspectiva o visión más completa y noble de la principal actividad transformadora de la especie humana.

No será eso, más sustentable, más eficiente, más coherente, en términos de eficiencia social, económica, cultural y de convivencia…

¿No tendremos otra guerra oculta planteada que nos erosiona los VALORES... no tendremos que pensar en un Ministerio de la Familia que ataque las causas, más que en un Ministerio de Defensa o Interior que ataca las consecuencias?

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